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Crónica Amplifest día 1

Más que un festival, el Amplifest promete ser una experiencia. Una cosa es cierta, el buen gusto corre por las venas y en esta sexta edición se cumple otro sueño pero lo desvelaremos más al final.

¿Lugar? El bar Cave 45, solo un nombre para esta noche, Aluk Todolo. Grupo francés, con raíces en el black metal, el trío repetía en el Amplifest donde ya toco en el 2013. El guitarrista Shantidas Riedacker es el más llamativo del grupo, sin duda es Antoine Hadjioannou, baterista de la banda, la fuerza motriz de este trío.

 

No hace falta comentar mucho sobre qué tema fue antes o después. Sin mucha comunicación más allá del típico agradecimiento y tras una breve pausa la banda regreso a escena para ofrecer una breve improvisación como agradecimiento por el gran recibimiento que el público les ofreció en esta noche. El resultado en general de la actuación se puede resumir en una palabra, “Geniales”.

 

Tras semejante actuación todos nos retiramos para descansar para lo que aún estaba por llegar.

Amplifest, día 1 (Mono, Kayo Dot, Anna Von Hausswolff, Sinistro, Alterage, Minsk, Redemptus, Roly Porter) Hard Club, Porto

El dia 1 del Amplifest comenzó con el documental "The Melvins Across The USA In 51 Days: The Movie", pero el escenario de la sala 2 del Hard Club lo estreno Redemptus. Solo cuentan con un disco y ello justifica su posición en el cartel pero la calidad con la que cuenta esta banda pedía un horario más tardío pues el trío ofrecio un sonido tan atronador como adictivo. Temas que no pudieron faltar fueron los habituales  "Cobblestone" o  "Busted, Disgusted And Not To Be Trusted", y la banda nos regaló dos nuevos temas: "Unravelling The Garen Of Forking Paths" y "Peered Into Everyone 's Fate". Un inicio a lo grande.

 

Una breve pausa que sin duda mereció la pena ya que el regreso a Portugal de los renovados Minsk era muy esperado. Con un  Chris Bennett entre teclas y voz, secundado por el resto del grupo en las voces más melódicas, la formación de Illinois estuvo demoledora, si bien es cierto que en el inicio el sonido no era muy bueno enseguida fue modificado y mejoro a lo largo de la actuación. Tal como en sus trabajos más antiguos, las voces melódicas chocaban con las guturales, en una lucha titánica llena de belleza.

En la sala 2 daba comienzo la actuación de Altarage con el escenario cubierto por velos,  pasado el efecto sorpresa del ambito visual del cuarteto vasco, poco quedo, tuvieron un sonido denso, pero a veces monótono, moviéndose entre el  black y el death. El atraso inicial era recuperado  en la sala 1 con los chicos de Kowloon Walled City, que nos traían un sonido contundente  que hizo justicia al nombre del grupo.

 

En el Amplifest no hay descanso y la noche comenzaba en la sala 2, con los portugueses Sinistro, que en este año 2016 arranca lo que parece ser un año prometedor para ellos. Aunque con algunos problemas técnicos y no contando con el mejor sonido la voz de Patricia Andrade y su presencia escénica, introducen, literalmente, un rayo de luz, en la oscuridad post-rock de Rick Chain y compañía.

Y le llegó el turno a Anna Von Hausswolff  la artista sueca estuvo en el escenario para hacerse notar, aunque de apariencia fragil, escondida tras teclados y cables. En cuanto las luces se apagaron y los músicos subieron al escenario Anna se transformó y de su garganta salio un auténtico huracán vocal que arraso con todo.

 

Conforme avanzaban los temas, entre melodía y guturales, entre acústico y descargas eléctricas, la timidez dio paso a la confianza y la vocalista se creció aún más. A veces  su voz nos recordaba a los Pink Floyd de los 70/72 y la complicidad con los músicos se dejó ver e incluso Anna los presento a cada uno  como sus mejores amigos. Uno  de esos conciertos que quedaran en la memoria de todos.

 

Confieso que tenía mucha curiosidad por Kayo Dot e Toby Driver, con el curriculum que tienen, pero igual porque aun estábamos con la mente en la gran actuación de Anna o por la actuación en general los de Boston no dejaron gran memoria, en un día de tantas emociones.

Cabezas de cartel, los japoneses Mono subieron al escenario de la sala 1 para un concierto que prometía mucho, pero la sala no estuvo a la altura... E sonido de la sala empeoro y era demasiado ruidoso.  El resto es de sobra  conocido: Takaakira Goto, con su guitarra, desafiando el equilibrio. Yoda dando una magistral actuación, mientras en pie, la bajista Tamaki Kunishi acompañando el ritmo, a veces  pareciendo una delicada y tímida aprendiz, y otras veces más agresiva y dominante.. Yasunori Takada en la batería, tan discreto como seguro, probablemente uno de los bateristas más invisible del rock. Todo se equilibra, todo parece perfecto. Melodía recibida en notas sólidas. Disculpando el sonido de la sala no hay nada que mejorar.

 

El fin del día pasó por la sala 2, con Roly Porter, detrás de una mesa, recreando los sonidos espaciales, mezclados con sonidos más densos, en un estilo demasiado electrónico para los que veníamos de disfrutar de la música orgánica de Mono.

 

 

Texto y fotografías: Emanuel Ferreira

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